Tonnerre the Malinois se enfrenta a la eutanasia a menos que ocurra un milagro
En Moineville, en el noreste de Francia, un malinois de tres años llamado Tonnerre corre el riesgo de ser sacrificado si no se encuentra una solución. Como los refugios locales se niegan a acogerlo, se ha lanzado un llamamiento desesperado y una campaña de recaudación de fondos para salvarle la vida.
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Un perro que se queda sin tiempo
Desde el 13 de julio de 2025, Tonnerre se encuentra en la libra de Moineville, en Meurthe-et-Moselle. A pesar de su juventud y vitalidad, ningún refugio ha accedido a aceptarlo. Si nada cambia, se enfrentará a la eutanasia en unas semanas.
Émilie, una empleada dedicada de la perrera, se ha negado a dejarlo. «No podía quedarme de brazos cruzados», explicó. En vez de eso, ha lanzado un SOS público para tratar de salvar la vida de Tonnerre.
Un pasado turbulento
La historia de Tonnerre comenzó con un desamor. Tras una separación, su dueña lo dejó al cuidado de su expareja. Cuando más tarde ella le pidió que se llevara al perro de vuelta, él afirmó que lo hizo. Pero a Tonnerre lo encontraron solo en el jardín y, durante una visita de un familiar, lo mordió por miedo.
Peor aún, desde entonces se ha descubierto que Tonnerre puede haber sufrido abandono y maltrato. «Lo mantuvieron encerrado en un sótano, sin que nadie se ocupara de él», dijo Émilie. «Ahora le tiene miedo a los humanos y tiene problemas para confiar en la gente».
Un gigante amable disfrazado
A pesar de sus gruñidos defensivos, la verdadera naturaleza de Tonnerre emerge cuando se le da paciencia y amabilidad. «Si le lanzas una pelota, le das una golosina y dejas que venga a ti por su cuenta, se transforma», explica Émilie. «Una vez que tiene confianza, es increíblemente dulce, juguetón y cariñoso. Es un verdadero amante de los abrazos».
El comportamiento de Tonnerre resalta la resiliencia de los perros: con tiempo, constancia y compasión, puede redescubrir la confianza y disfrutar de una vida plena.
Una última oportunidad: recaudar fondos para salvarlo
Como la perrera no puede retenerlo indefinidamente, Émilie acudió a docenas de refugios, pero todos se negaron. Finalmente, un internado privado accedió a aceptar a Tonnerre. Sin embargo, el coste es elevado: 570€ al mes.
Para cubrir los gastos, Émilie ha lanzado un campaña de recaudación de fondos con un objetivo de 5.000€. Esto permitiría a Tonnerre permanecer varios meses en condiciones de seguridad, recibir la atención adecuada y recuperar poco a poco la confianza en los seres humanos, allanando el camino para la adopción y un futuro mejor.
«Se trata de hacer justicia para Tonnerre», insiste Émilie. «Se merece la oportunidad de vivir y volver a confiar».

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