«Esta mañana maté a un ciervo»: el encuentro de un periodista con la vida silvestre se vuelve trágico

En la mañana de Sábado, 8 de marzo, periodista de Oise Hebdo conducía en el D136 en Aisne cuando un manada de ciervos cruzó repentinamente la carretera, huyendo de una manada de cazadores. Pisó el freno, pero ya era demasiado tarde para evitar al aterrorizado ciervo. Uno de ellos, un ciervo, chocó violentamente con el automóvil. Según varios testigos, el los ciervos estaban siendo perseguidos por un equipo de caza y perros de caza como parte de un chase à courre (cazando con perros).

El impacto: caos en la carretera

El ciervo chocó contra la parte delantera derecha del Toyota Aygo del periodista, rebotó contra el parabrisas y el techo y salió marcas de sangre visibles, antes de escapar y probablemente morir adentrándose en el bosque. Aunque el periodista resultó físicamente ileso, el accidente causó graves daños al vehículo. «El airbag ni siquiera se desplegó», señaló con incredulidad.

En estado de shock, se detuvo, encendió las luces de emergencia y pronto se le acercaron unos transeúntes preocupados. Uno de ellos comentó: «Probablemente huían de chase à courre». El conductor no pudo evitar la imagen del animal herido y el brutal sonido del impacto. «Me va a costar conciliar el sueño esta noche», escribió en su artículo original.

Los relatos de los testigos confirman la participación de la cacería

Tan pronto como se publicó el artículo, testimonios a raudales. Múltiples testigos presenciales confirmaron la presencia de un grupo de cazadores en la zona y vincularon directamente a persecución hasta el accidente. Imágenes de AVA (Abolissons la Vénerie Aujourd'Hui) los voluntarios, que estaban monitoreando la cacería ese día, muestran la manada huyendo por la D136, perseguido por sabuesos, mientras eran miembros de la cacería ocupó la carretera con total desprecio por la seguridad.

A pesar del accidente, según se informa, la cacería continuó como si nada hubiera pasado.

Un escándalo que se repite

Este es otro ejemplo de cómo cazar con perros provoca el caos y pone en peligro al público. Según AVA, se enviaron gendarmes no para proteger a los civiles, sino para ayudar al barón de Aillières a recoger a sus perros. Una vez más, el estado parece más preocupado por proteger la tradición aristocrática en lugar de garantizar la seguridad pública.

El público contraataca

Como señala AVA, solo una resistencia civil organizada puede poner fin a esta tradición bárbara. Hay quedan seis cacerías en la temporada, y las sucursales locales de AVA están haciendo un llamado a la acción.

«La élite cazadora puede ignorar el daño que causa, pero el público lo ve y está contraatacando».