El legado de Christopher Arsenault: 19 años dedicados a salvar gatos

El 31 de marzo, un devastador incendio destruyó el Happy Cat Sanctuary en Long Island, Nueva York. El incendio se cobró la vida de más de 100 gatos y se llevó trágicamente la vida del fundador del santuario, Christopher Arsenault, quien murió intentando salvar a los animales a los que había dedicado su vida a proteger.

Las autoridades estiman que alrededor de 300 gatos vivían en el santuario en ese momento. Algunos murieron instantáneamente en el incendio, mientras que otros sufrieron heridas graves y tuvieron que ser sacrificados. Los equipos de rescate lograron salvar a unos 150 gatos, muchos de los cuales recibieron tratamiento por quemaduras e inhalación de humo en hospitales veterinarios locales.

Una misión nacida del dolor

Christopher Arsenault fundó Happy Cat Sanctuary en 2006 tras la trágica muerte de su hijo Eric en un accidente de moto. En busca de consuelo, encontró y cuidó una colonia de 30 gatitos enfermos cerca de una vía férrea. Ese momento marcó el comienzo de su misión de por vida de salvar a los gatos necesitados.

Según el sitio web del santuario, Arsenault transformó toda su casa en un refugio para felinos. Cedió la mayor parte de su espacio vital a los gatos, viviendo en una habitación individual equipada solo con una cama, microondas y una pequeña nevera. A lo largo de los años, construyó perchas con calefacción, rascadores y recintos exteriores seguros para garantizar que los animales pudieran vivir cómodamente.

Cada año, su trabajo benefició a unos 500 gatos. Esterilizó a todos los animales, les brindó atención médica e incluso los invitó a cenar con pollo asado. Su dedicación le valió el amor de una comunidad de voluntarios, vecinos y simpatizantes que fueron testigos del impacto de su compasión.

A lo largo de 19

Un héroe recordado

El día del incendio, los testigos dicen que Arsenault entró y salió corriendo de la casa en llamas para salvar a tantos gatos como fuera posible. «Entró una vez y salió. La segunda vez, no lo hizo», dijo Lisa Jaeger, rescatadora de animales y miembro de la junta directiva del santuario. Un vecino que llamó al 911 dijo: «Era el hombre más genuino y bondadoso. Un verdadero humanitario».

A pesar de sufrir años de acoso en línea y acusaciones falsas, Arsenault siguió centrado en su misión. La SPCA confirmó en repetidas ocasiones que los animales estaban bien cuidados y elogió la dedicación de Arsenault. «Fue un héroe por lo que hizo», dijo Roy Gross, director de la SPCA del condado de Suffolk.

Antes del incendio, Arsenault tenía planes de trasladar de 60 a 80 gatos a una granja en el norte del estado, con la esperanza de continuar su trabajo en un entorno más seguro. Lamentablemente, la tragedia impidió que ese sueño se hiciera realidad.

Se sabe que el santuario

Investigaciones y sospechas

Aunque no se conocían conflictos recientes con los vecinos, Arsenault había sido blanco de amenazas en línea. La SPCA había verificado las condiciones del santuario, pero el acoso persistía. Algunos miembros de la comunidad sospechan que el incendio pudo haber sido intencional, aunque las investigaciones siguen en curso.

Días antes de la tragedia, el santuario había publicado una declaración en la que abordaba las acusaciones de abandono y explicaba las condiciones críticas en las que llegaron muchos de sus gatos rescatados. También publicaron actualizaciones sobre las prácticas de tratamiento, como las nebulizaciones, y mostraron la construcción de un nuevo espacio interior con diez camas.

Un impacto duradero

La muerte de Christopher Arsenault y la destrucción de Happy Cat Sanctuary han sacudido a la comunidad de bienestar animal en todo el mundo. Muchas organizaciones se han comprometido a continuar con su misión, garantizando que los animales que protegía sigan recibiendo cuidado y amor. Su legado es un legado de profunda compasión, resiliencia y un compromiso inquebrantable con quienes no pueden hablar por sí mismos.