La conmovedora historia de Ziggy, el perro que le dio a su familia una «segunda oportunidad»

Cuando un perro se convierte en familia

Hace nueve años, Jillian Reiff y su esposo adoptaron a Rufus, una mezcla de chihuahua-rat terrier, de la SPCA de San Francisco. Rápidamente, Rufus se convirtió en algo más que una mascota: era parte de la familia.

«Estaba ahí para todo», dijo Jillian El Dodo. «Formó parte de nuestra propuesta. Vino a nuestra boda con un pequeño esmoquin. Estaba allí cuando nos enteramos de que íbamos a tener hijos y fue el primero en conocerlos».

Durante más de una década, Rufus trajo alegría, amor y energía a su hogar. Incluso a los 16 años, todavía era juguetón, todavía estaba lleno de vida. Pero en abril, todo cambió. Rufus se enfermó repentinamente y un veterinario le diagnosticó una ruptura de la vesícula biliar. Dada su edad, no podían hacer nada.

Esa misma noche, el 5 de abril, devastadas y sin poder dormir, Jillian y su hija hojearon las páginas de adopción. Fue entonces cuando su hija se detuvo y jadeó: «Mamá, mira a este perro».

Jillian pensó que era una foto de Rufus. Pero no lo era, era Ziggy.

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Conociendo a Ziggy

Ziggy tenía un aspecto casi idéntico al de Rufus: la misma inclinación de la cabeza, el mismo color de pelo, las mismas orejas extravagantes. Era extraño.

Impulsada por el instinto, Jillian se puso en contacto con el refugio de San Francisco y acordó reunirse con él el 9 de abril, pocos días después de perder a Rufus.

«Cuando Ziggy entró en la habitación, fue como si el aire hubiera cambiado», recuerda Jillian. «Lo adoptamos en 10 minutos».

Desde el momento en que Ziggy llegó a su nuevo hogar, actuó como si siempre hubiera vivido allí. «Saltó del auto, subió corriendo las escaleras y entró como si fuera el dueño del lugar», dijo Jillian.

Con el tiempo, las similitudes entre Rufus y Ziggy se hicieron imposibles de ignorar.

Una prueba de ADN que lo cambió todo

En junio, Jillian decidió hacerse una prueba de ADN a través de Embark, un servicio que puede identificar razas y parientes genéticos.

¿Los resultados? Tanto Rufus como Ziggy eran 50% chihuahua y 50% rat terrier. Pero luego vino la sorpresa: en la sección de «parientes», Rufus figuraba como el padre de Ziggy.

«Pensé que era un error», admitió Jillian El Washington Post. «Me imaginé que podría ser un primo lejano o algo así. Pero no, era Rufus. Mi Rufus».

La familia estaba abrumada por las lágrimas y las risas. En cierto modo, parecía que Rufus había encontrado la manera de volver con ellos.

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Reuniendo las piezas del misterio

Decidida a obtener más información, Jillian comenzó a investigar el pasado de Ziggy. Descubrió que Muttville Senior Dog Rescue, en San Francisco, lo había rescatado cuando estaba vagabundo en marzo.

«Todavía estamos intentando conectar los puntos», explicó Jillian. «No sabemos si Rufus y Ziggy alguna vez se cruzaron o si fue solo el destino. Pero de alguna manera, están conectados».

Para Sherri Franklin, fundadora de Muttville, la historia es mágica. «Nada me ha sorprendido más», dijo. «Este es el destino. El universo funciona de maneras misteriosas».

Una segunda oportunidad en el amor

Para Jillian y su familia, Ziggy ha hecho más que llenar el vacío que Rufus dejó: les ha traído un regalo extraordinario.

«Esto no es solo un final feliz», dijo Jillian. «Es el final más loco y hermoso que puedas imaginar. De alguna manera, Rufus nos devolvió una parte de sí mismo. Y estamos muy agradecidos».