Sala 8: El gato que hizo de una escuela de Los Ángeles su hogar y capturó el corazón de la ciudad
En el corazón de Echo Park, Los Ángeles, la acera de una escuela primaria contiene un mensaje grabado en el tiempo: «Nameless llegó a Room 8 para dar fama a nuestra escuela». Estas sencillas palabras inmortalizan una historia que ha inspirado a generaciones.

Cómo encontró Room 8 su hogar
En 1952, un gato atigrado gris y blanco callejero deambuló por la ventana abierta de la escuela primaria de Elysian Heights. El felino, abrazado de inmediato por los estudiantes, recibió el nombre de «Habitación 8" en honor al aula que eligió como santuario. A partir de ese momento, se convirtió en un personaje muy querido, ya que solo desaparecía durante las vacaciones de verano, pero siempre regresaba el primer día de clases, como un reloj.
«Era como las golondrinas de Capistrano», recuerda Beverly Mason, directora de la escuela en 1968. «Cada otoño, sin falta, volvía a saludarnos».

Un fenómeno felino nacional
Room 8 no era solo la mascota de la escuela, sino que se convirtió en una sensación mediática. Los periodistas acudieron en masa para documentar su declaración anual, mientras que los estudiantes adoraban verlo durmiendo en los soleados rincones de las aulas. Con el tiempo, su fama se extendió mucho más allá de Los Ángeles. Un reportaje en Mi lector semanal lo presentó a audiencias de todo Estados Unidos, y sus cartas de admiradores llegaron de todo el mundo, con cartas que llegaban de lugares tan lejanos como Europa y Asia.
En el apogeo de su fama, Room 8 recibía hasta 100 cartas al día, un testimonio de la profunda conexión que la gente sentía con este extraordinario gato.

Celebrando el legado de Room 8
En 1966, las educadoras de Elysian Heights Beverly Mason y Virginia Finley publicaron un libro infantil, Habitación 8, narrando las aventuras del felino. Las ganancias financiaron la biblioteca de la escuela y el Fideicomiso del Hospital Ortopédico de Los Ángeles. Además, se dedicaron a su memoria un mural, esculturas y poemas callejeros para garantizar que su historia perdurara.
Room 8 pasaba los veranos con las familias locales que lo cuidaban. Un antiguo alumno recordó con cariño cómo Room 8 se quedó con su familia, jugando con sus gatos e incluso engendrando una camada.

Un último adiós
Después de 16 años de alegrar a los estudiantes, el personal y los vecinos, Room 8 falleció en 1968. Su funeral, que tuvo lugar en el parque Pet Memorial de Los Ángeles en Calabasas, fue un acontecimiento conmovedor, en el que estudiantes y profesores lloraron por su querido amigo.
Hasta el día de hoy, la habitación 8 sigue siendo un símbolo de lealtad, amor y lazos duraderos entre humanos y animales. Su historia nos recuerda cómo incluso un gato callejero puede transformar una comunidad, dejando un legado de alegría e inspiración.


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