Pongo, el perro olvidado de un refugio que sabe dar las gracias
Durante dieciocho meses, Pongo, un perro de tres años conocido por su gran corazón, ha estado esperando un hogar. Abandonado por su dueño anterior y abandonado solo en una casa vacía, sus esperanzas de ser adoptado han fracasado constantemente. Sin embargo, gracias a la dedicación de un voluntario, Pongo de vez en cuando experimenta momentos de felicidad y libertad, a pesar de su prolongada estancia en el refugio.


Un día fuera de la jaula
Cada semana, la voluntaria Danielle Baughman saca a Pongo de su jaula y lo lleva a parques, paseos o natación. Cada salida es una explosión de energía y alegría para él. «Tiene mucha energía», dice Danielle. «Si permanece encerrado demasiado tiempo, la acumula hasta reventar». Si bien Pongo disfruta jugando con otros perros en el refugio, nada se compara con estos días especiales en los que se siente verdaderamente libre.
En un viaje reciente a la piscina, ocurrió algo conmovedor, capturado en un video de TikTok (@all_deez_animals). Tras horas de diversión, Pongo se acercó con delicadeza a Danielle en el coche, la miró a los ojos y le lamió suavemente la mejilla, un gesto sencillo pero profundamente significativo. «Siempre nos da las gracias por nuestras aventuras», sonríe.
Un perro que nadie quiere
Muchas personas han pasado por la jaula de Pongo. Algunos se fijan en él, otros se detienen a mirar, pero nadie lo elige. «Da saltos de un lado a otro cada vez que ve a alguien», explica Danielle, «pero es solo por su emoción y esperanza. Desafortunadamente, las personas malinterpretan su comportamiento y se asustan».
Sin embargo, Pongo tiene muchas cualidades excelentes: le encanta correr, jugar y estar con otros perros. Responde bien a las órdenes, lo que lo hace ideal para personas aventureras. Pero a medida que pasa el tiempo, permanece en el refugio, esperando un hogar que parece cada vez más improbable.

Un alma rota llena de esperanza
El pasado de Pongo ha sido difícil. Inicialmente destinado a un programa de adiestramiento de perros de búsqueda y rescate, finalmente fue rechazado tras meses de espera. Las noches en el refugio son difíciles para él; odia estar solo e incluso ha intentado escapar en busca de compañía. Por eso, se le tuvo que construir una jaula especial.
Sin embargo, Danielle no se da por vencida. Sigue saliendo con él, proporcionándole momentos de normalidad. Mientras tanto, se aferra a la esperanza de que alguien mire más allá de su emoción inicial, más allá de sus exuberantes saltos, y vea lo que Pongo realmente tiene para ofrecer: amor incondicional.



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