Un vecino demanda por 2.200 euros porque un gato pisa su césped
En la ciudad costera francesa de Agde, una disputa vecinal se ha descontrolado. Dominique, una maestra de escuela, se enfrenta a una segunda demanda por parte de su vecina por las supuestas visitas de su gato Rémi a su propiedad. Las acusaciones ahora incluyen acoso, vigilancia ilegal e incluso violaciones de la construcción.
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Una larga disputa por un gato errante
Rémi, un gato blanco y pelirrojo, se convirtió en una celebridad local a principios de este año cuando el Tribunal Judicial de Béziers ordenó a Dominique pagar a su vecina 1.250 euros por permitir que el gato deambulara por su jardín. Como muchos gatos, Rémi era conocido por deambular entre los patios del vecindario, incluidos los que estaban cerca de la comisaría de policía local.
Dominique esperaba que la sentencia cerrara el asunto, pero su vecino, Christian, propietario de un garaje de 65 años, ha vuelto a comparecer ante el tribunal y exige 2.200 euros adicionales. Afirma que Rémi hizo caso omiso de la sentencia judicial entre abril y junio y que fue visto unas veinte veces cerca de su piscina.
Sin embargo, varios vecinos confirman que hay al menos diez gatos deambulando por la zona, incluidos dos gatos blancos y pelirrojos idénticos que se parecen a Rémi. Esto plantea la pregunta: ¿fue realmente el gato de Dominique el que entró sin autorización?
Los vecinos hablan
Varios residentes han criticado la cruzada legal de Christian. «Es ridículo», dijo Véronique, que vive cerca. «Hay dos gatos parecidos a Rémi y ninguno de los gatos causa ningún daño». Otro vecino, que prefirió permanecer en el anonimato, añadió: «Es un robo de dinero. Sí, los gatos a veces arañan la tierra de mi jardín, pero yo aplaudo y salen corriendo. Hay soluciones sencillas; demandar por esto es absurdo».
Chantal, otra lugareña, admite que los gatos callejeros la han molestado en el pasado, pero que nunca habría acudido a los tribunales. «Rémi estuvo aquí antes que Christian y yo. Los animales forman hábitos. Emprender acciones legales es ir demasiado lejos».
Denuncias de acoso y vigilancia ilegal
La frustración de Dominique va más allá de las multas. Afirma que su vecina lo ha instalado dos cámaras de seguridad—una apuntaba hacia la ventana de su habitación y otra estaba lo suficientemente alta como para filmar la actividad callejera y su propiedad. La ley francesa prohíbe estrictamente filmar dentro de la propiedad de otra persona sin su consentimiento, y las infracciones pueden conllevar hasta un año de prisión y una multa de 45.000 euros.
También alega que las cámaras se usaron para obtener las fotos presentadas en el primer caso judicial. «El tribunal basó su fallo en pruebas obtenidas ilegalmente», insiste Dominique.
El supuesto comportamiento de Christian no termina ahí. Según Dominique y otros testigos, se hizo pasar por una expareja para influir en los procedimientos legales y construyó un cobertizo ilegal en una pared compartida, con un techo inclinado que canaliza el agua de lluvia directamente a su patio.
Un problema mayor: los gatos callejeros en Francia
Francia tiene una estimación 11 millones de gatos callejeros—casi tantos como los gatos domésticos del país, que ascendieron a 14,9 millones en 2021. El problema es particularmente visible en las ciudades y pueblos, donde los gatos que deambulan libremente cruzan los límites de las propiedades a diario.
Sin embargo, en el caso de Dominique, dice que es la única dueña de un gato que está siendo atacada. «He mantenido a Rémi en prisión desde la primera sentencia, pero a veces se escapa. No es fácil. Siempre ha sido un gato al aire libre».
Próximos pasos en una amarga disputa
Dominique planea presentar una denuncia por acoso y espera que el tribunal se tome en serio las nuevas pruebas. «Todo esto es ridículo. ¿Se le permite filmar mi jardín, construir ilegalmente y demandarme por un gato? ¿En qué momento comienza mi derecho a la privacidad?»
Los repetidos intentos de contactar a Christian para hacer comentarios no tuvieron éxito. La empresa de seguridad que instaló sus cámaras tampoco respondió.
Por ahora, Rémi permanece en casa, quizás el único gato de Agde que cada movimiento es asunto de los tribunales.

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