Un caballo mutilado muere tras un brutal ataque en el norte de Francia
Un poni llamado Qwilcy fue encontrado herido de muerte en Angerville-l'Orcher, cerca de Le Havre, lo que supuso el cuarto ataque violento contra caballos en esta pequeña ciudad francesa en menos de tres meses. El dueño del caballo está devastado y exige justicia.
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Una comunidad en estado de shock tras otro ataque
En la madrugada del sábado 12 de julio, se desarrolló una escena horrible en el centro ecuestre Élevage du Loir en Angerville-l'Orcher, Normandía. Un poni muy querido llamado Qwilcy fue hallado con heridas graves y murió poco después del ataque. Su dueña, Karine Novick, está desconsolada y temerosa.
«Estoy devastado. No lo soporto más», dijo Karine, con voz temblorosa. «Vivimos con miedo, comprobamos constantemente cómo están nuestros caballos, con la esperanza de no encontrar otro mutilado». Ha presentado una denuncia policial formal.
Este incidente marca el cuarto ataque a caballos en la comuna desde mayo y el segundo contra el propio centro de Karine.
Un patrón de violencia contra los caballos
El ataque a Qwilcy no fue aislado. Solo dos meses antes, el 7 de mayo, Karine descubrió otro de sus caballos, un poni de las Shetland llamado Espionne, mutilado pero milagrosamente vivo. Y el 15 de junio, a pocos kilómetros de distancia, Kévin Crouzat, un residente local, encontró a dos de sus yeguas heridas, una de las cuales perdió la visión debido a la magnitud del trauma.
El patrón es alarmante: caballos pacíficos resultan heridos por la noche, con heridas consistentes con una mutilación deliberada y selectiva. Si bien los motivos siguen sin estar claros, la recurrencia de este tipo de brutalidad apunta a actos intencionales de crueldad.
Investigación en marcha
La gendarmería de Fécamp ha iniciado una investigación oficial. Las autoridades están tratando el caso con seriedad, dada la frecuencia y gravedad de los ataques. Se ha instado a los propietarios locales de caballos a reforzar la seguridad de los potreros y a denunciar cualquier actividad sospechosa.
A pesar de la creciente preocupación, hasta el momento no se ha detenido a ningún sospechoso.
Los grupos de bienestar animal y las asociaciones equinas exigen una atención nacional urgente, haciendo hincapié en la necesidad de aumentar la vigilancia y endurecer las penas por crueldad hacia los animales en Francia.
Un llamado a la justicia y la protección
Para Karine Novick y otros profesionales de la equitación, el trauma va más allá de la pérdida de un solo animal. Es la violación de una profunda confianza entre los humanos y sus animales, y el temor de que no puedan protegerlos.
«Necesitamos justicia. Necesitamos seguridad. Solo queremos cuidar a nuestros animales en paz», suplicó Karine.
Hasta entonces, el puesto vacío de Qwilcy es un símbolo silencioso del dolor, la ira y la urgente necesidad de actuar.

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