Luchó por vivir. Ahora espera solo: La desgarradora historia de Ángel el perro

Abandonado para morir en el campo, Ángel fue rescatado en estado crítico y superó todo pronóstico para volver a caminar. Pero un año después, nadie quiere adoptarlo. Está sano, lleno de vida y es completamente invisible.

Venció la parálisis, pero ahora nadie lo quiere

Encontrado al borde de la muerte

Lo encontraron desmayado en un terreno desierto. Estaba esquelético, enfermo y apenas vivo. Tenía los ojos vacíos y el cuerpo paralizado. Nadie sabía cuánto tiempo había estado allí, cuánto sufrimiento había soportado o cuántas personas habían pasado junto a él sin parar. Para la mayoría, no era más que otro vagabundo. Pero para Moix Blau Lloseta, un pequeño grupo de rescate en la isla de Mallorca, merecía la pena salvarlo.

«No miramos hacia otro lado», explicó el equipo de rescate. Lo llevaron de urgencia a un hospital veterinario. Ángel no podía moverse ni responder. Sus músculos se habían desgastado. «Estaba tan débil que no podía ni ponerse de pie. No sabíamos qué estaba causando la parálisis. Los primeros días estuvieron llenos de incertidumbre. Pero nunca se dio por vencido».

Con un tratamiento médico intensivo, una nutrición adecuada y un amor incondicional, algo cambió. «Un día, movió una pata. Luego, dio un pequeño paso. Y en contra de todas las predicciones, volvió a caminar».

De Survivor a Shelter Ghost

Tras su milagrosa recuperación, Ángel fue trasladado a las instalaciones del refugio, donde siguió recuperando fuerzas. Se convirtió en un perro sano, afectuoso y resistente. Pero un año después, sigue ahí, esperando.

«Es dulce, sociable, lleno de energía», dice el refugio. «Pero ya nadie pregunta por él».

El contraste es desgarrador. Cuando luchaba por su vida, el mundo quería ayudarlo. Ahora que ha ganado esa pelea, es como si ya no importara. Se ha vuelto invisible, una vez más abandonado, pero esta vez en silencio

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Todo lo que debe ser un perro

Ángel es un símbolo de perseverancia. Es leal, noble e increíblemente amoroso. Lo ha hecho todo bien. Pero hay algo que sigue ensombreciendo su futuro: su etiqueta legal.

Ángel está clasificado como PPP — un Perro potencialmente peligroso, o perro potencialmente peligroso. En España, esa etiqueta aún conlleva miedo y estigma. Sin embargo, el refugio insiste: «Ahora el papeleo es sencillo. La parte más difícil no es llenar un formulario. Es abrir tu corazón».

A pesar de su etiqueta, Ángel nunca ha mostrado agresividad. Todo lo contrario: anhela la conexión humana y ha demostrado una vez más su confianza en las personas.

Una última súplica: No dejes que lo olviden

«Ángel ya ha hecho su parte», insta el refugio. «Luchó por vivir. Aprendió a caminar. Aprendió a confiar. Ahora es tu turno».

Lo que necesita no es complicado. Solo un hogar. Una persona que lo ve. Una familia que cree que él importa.

Ser invisible es la mayor injusticia que puede sufrir un perro como Ángel. Sobrevivió a lo peor. Se merece lo mejor.