De la jaula de laboratorio a la libertad: el refugio de Olivia salva a 100 beagles de la eutanasia
Antes destinados a la eutanasia tras años de pruebas de laboratorio, 100 beagles han encontrado esperanza y curación en el sur de Francia, gracias a Olivia Hellin y a su santuario, «I Love My Dog». Con libertad para deambular, descansar y recuperarse, estos perros por fin están viviendo la vida que se les negó.
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Perros rescatados de una vida de aislamiento y sufrimiento
En su refugio de 5 hectáreas en Saubrigues, en la región francesa de las Landas, Olivia Hellin ha creado un refugio como ningún otro. ¿Su misión? Rescatar y rehabilitar perros que alguna vez fueron utilizados para pruebas en laboratorios de Francia y los Estados Unidos.
La mayoría de estos perros son beagles, elegidos por los investigadores por su naturaleza amable y su temperamento sumiso. Pero cuando llegan al santuario, con frecuencia se sienten traumatizados, temerosos y silenciosos. «No confían en nadie. Se han pasado la vida aislados, nunca los han acariciado, nunca han socializado. Los beagles son perros de manada, necesitan estar conectados», explica Olivia.
Así que los libera, literalmente. «Desde el momento en que llegan, los libero. No quiero que sigan castigándolos con jaulas. Ya llevan toda una vida así».
Una vida de libertad, no de miedo
El santuario de Olivia no se ve, ni suena, como el típico refugio para perros. Incluso con casi 100 perros en los jardines, es un lugar tranquilo y pacífico. ¿Por qué? Porque los perros son gratis. Deambulan, duermen en sofás, mastican juguetes, huelen árboles y corren juntos. «No ladran porque no están estresados», dice Olivia.
Comenzó a dirigir un servicio de alojamiento para perros felices a principios de la década del 2000. Pero todo cambió en 2020, cuando un veterinario la llamó para preguntarle si podía aceptar perros que iban a ser sacrificados después de las pruebas de laboratorio. «Esa llamada lo cambió todo», recuerda Olivia. «Vendí mis tablas de surf y mi equipo musical. Lo dediqué todo a los perros».
El verdadero costo de las pruebas con animales
Desde que fundó el rescate «I Love My Dog», Olivia ha gastado más de 100 000 euros de su propio dinero. Ahora depende de voluntarios, donaciones y patrocinadores, como la empresa de alimentos para perros Ultra Premium.
Su compromiso es inquebrantable. «Iban a matar a estos perros. Después de todo lo que han sufrido, se merecen un futuro. Salvarlos no es un sacrificio, es mi propósito».
Pero no todos los perros se pueden salvar. Cada año se utilizan entre 3000 y 4000 perros en los laboratorios franceses, muchos de ellos sacrificados y disecados después de las pruebas. Los productos que se prueban con más frecuencia incluyen productos de limpieza domésticos, productos farmacéuticos, vacunas y dispositivos quirúrgicos.
«A algunos perros los matan, los congelan y se les hace una autopsia para examinar cómo el producto afectó sus órganos», revela Olivia. Solo los perros sometidos a pruebas más ligeras (aquellos sin daños físicos duraderos) pueden ser realojados.
Un nuevo comienzo, pero no exento de desafíos
Olivia ha reubicado con éxito a 70 de los perros rescatados. Pero curar el trauma emocional no siempre es fácil. «Algunos perros simplemente no pueden conectarse», explica. «Un hombre adoptó un beagle de laboratorio, pero tuvo que devolverlo. El perro había sido traumatizado por unos trabajadores de laboratorio varones; no podía confiar en él».
El proceso de adopción es delicado y profundamente personal. En el caso de los perros que no pueden ser alojados, Olivia se asegura de que tengan un hogar seguro en el refugio de por vida.
¿Se acerca por fin el cambio?
Según Sabine Brels, experta en derecho animal, más de 600 laboratorios en Francia aún realizan pruebas con animales. Si bien la normativa europea ha evolucionado para reducir las pruebas innecesarias, casi todos los medicamentos que se venden en Francia todavía se prueban en animales.
«Los investigadores ahora deben compartir datos para evitar experimentos duplicados y reducir la cantidad de animales de prueba», afirma Brels. «Y cuando sea posible, deben reemplazar las pruebas con animales por métodos alternativos».
Incluso Marshall BioResources, la empresa estadounidense que suministra a muchos de estos perros, ha empezado a colocar a los perros retirados o no vendidos en santuarios como el de Olivia. En una declaración a los medios franceses, la empresa insistió en que trata a los animales con cuidado y en que su personal está capacitado para brindar atención física y emocional.
«Nunca vemos a nuestros animales como herramientas de investigación», afirmó la empresa. «Trabajamos con los refugios para darles un futuro».
Mirando hacia el futuro
El 16 de junio de 2025, el Conseil d'État de Francia emitió una nueva resolución que exige la total transparencia de todos los investigadores que realizan pruebas con animales. Es un paso pequeño pero importante en la larga lucha por el cambio.
Mientras tanto, Olivia continúa su revolución silenciosa, un beagle a la vez. «Nacieron en jaulas, destinados a morir. Ahora viven, corren, juegan y son amados. Eso es lo que importa».

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