De abandonada en el bosque a querida mascota: la nueva vida de Laïko en una oficina de turismo francesa

Un descubrimiento casual en el bosque

Fueron los excursionistas quienes vieron por primera vez a Laïko, un perro de un año y medio, en lo profundo de un bosque de Corrençon-en-Vercors, en la región de Isère, en el sureste de Francia. Estaba atado a un árbol con una correa corta, solo y con demasiado miedo de acercarse a extraños.

«No sabemos cuánto tiempo llevaba allí», recuerda Laureen Jarrand, responsable de comunicaciones de la oficina de turismo de Corrençon. «Estaba asustado, muy delgado; se le podían ver todos los huesos».

Un musher local, con experiencia en el trabajo con perros, finalmente pudo acercarse a él y asegurarlo. Desde allí, llevaron a Laïko a la oficina de turismo para que la revisara el veterinario.

De la malnutrición a un nuevo rol

A pesar de estar un poco anémica, Laïko estaba sana por lo demás. Su naturaleza tranquila, su curiosidad y su temperamento afectuoso conquistaron rápidamente al personal. «Es muy sociable, se lleva bien con la gente. Puedes ver que solo quiere amor y atención. Incluso tiene un efecto tranquilizador en los visitantes», dice Laureen con una sonrisa.

La decisión no tardó en tomarse: Laïko se quedaría. Adoptado por uno de los miembros del personal, ahora pasa sus días en la recepción saludando a los turistas moviendo la cola.

Sensibilizar sobre el abandono en verano

Para la oficina de turismo, Laïko es más que una mascota: es un recordatorio viviente de un problema grave. Cada verano en Francia, decenas de miles de mascotas son abandonadas cuando las familias se van de vacaciones, lo que desborda los refugios. Según la asociación 60 millones de amigos, 60 000 animales son abandonados durante los meses de verano, es decir, uno cada dos minutos.

El equipo espera que la historia de Laïko fomente la compasión y la tenencia responsable de mascotas. «Queremos darle una nueva vida en la que pueda prosperar», dice Laureen. «Y también queremos crear conciencia sobre la realidad del abandono».

Un nuevo comienzo

Solo unos días después de su rescate, Laïko ya se había adaptado a su nuevo entorno. Para un perro que puede haber estado encerrado toda su vida (sus largas uñas sugieren que rara vez o nunca salía), el bosque podría haber sido su fin. En cambio, marcó el comienzo de un nuevo capítulo.

Desde un árbol solitario en el bosque hasta un acogedor mostrador en la oficina de turismo, el viaje de Laïko es una prueba de que las segundas oportunidades pueden cambiarlo todo.