Un perro muere en la bodega de carga de un avión antes del despegue: «Fue un infierno»

Un trágico adiós incluso antes de que comenzara el viaje

Para Anaïs, su pareja y sus tres hijos, mudarse de Toulouse a Martinica el 19 de junio supuso un nuevo comienzo. Pero estaba claro: si su perro Ewok, de 4 años, no podía venir, no irían. «No había forma de que nos fuéramos sin él», dijo Anaïs.

Esa mañana, la familia llegó al aeropuerto de Orly con Ewok y sus tres gatos. El Ewok fue embarcado en la bodega de carga del avión alrededor de las 8:30 de la mañana, en condiciones sofocantes. «Ya hacía mucho calor», recuerda Anaïs.

La familia abordó su vuelo de Corsair, pero el avión nunca despegó.

«Escuché mi nombre por el altavoz»

Anaïs empezó a pedir noticias sobre Ewok, pero no obtuvo respuestas. Luego, 45 minutos más tarde, oyó su nombre difundirse por toda la terminal. Un oficial de policía vino a buscarla.

«Me dijo que Ewok había muerto. Le dije que no podía ser cierto, que solo debía estar durmiendo», dijo.

Por desgracia, no fue un malentendido. Se pidió a la familia que desembarcara. Anaïs, en estado de shock, tuvo que procesar lo inimaginable. «No había ni una gota de agua en su cuenco cuando lo encontramos», dijo. Para empeorar las cosas, según los informes, el sistema de aire acondicionado del avión había fallado.

Una solicitud de dignidad y responsabilidad

Desesperada por proteger el cuerpo de Ewok de ser desechado, Anaïs pidió que lo trasladaran a una cámara frigorífica. Siguiendo el consejo de otro pasajero, también solicitó a Corsair que organizara una cremación adecuada.

El 7 de julio, casi tres semanas después, recibió la confirmación de que las cenizas de Ewok serían devueltas al aeropuerto de Orly el 17 de julio. «Lo incineraron y lo manipularon adecuadamente», dijo. «Pero eso no cambia lo que pasó».

Anaïs había seguido todos los procedimientos necesarios para transportar razas braquicéfalas (de nariz corta), como los bulldogs franceses, que se sabe que son más vulnerables al estrés respiratorio, especialmente durante las olas de calor. «Ewok estaba sano. Estaba absolutamente bien», insistió.

Corsair dice que siguió el protocolo

Corsair niega cualquier responsabilidad por la muerte de Ewok. Tras un incidente similar ocurrido en 2019, la aerolínea afirma que solo permite el transporte de perros braquicéfalos en las bodegas de carga bajo condiciones estrictas: traslado justificado, firma de una exención de responsabilidad y reconocimiento de los riesgos para la salud.

«En este caso, se firmó toda la documentación requerida y la familia estaba al tanto de los riesgos específicos de la raza», afirmó Corsair, enfatizando que solo son responsables en casos de mala conducta comprobada.

La aerolínea sí cumplió con la solicitud de la familia de gestionar la cremación, «una primicia en la historia de la empresa», según una fuente interna. Las cenizas de Ewok fueron devueltas a la familia días después de que finalmente llegaran a Martinica.

Pero para Anaïs, eso está lejos de ser suficiente. Ha presentado una demanda legal contra Corsair. Sus palabras permanecen grabadas con desamor: «Fue un infierno».