Canelo, un perro con las patas chamuscadas, representa a muchos animales rescatados en los incendios de Los Ángeles
Canelo, una mezcla de pitbull, estaba sentado nerviosamente en su perrera de Pasadena Humane, con las patas y las patas envueltas en vendajes y un cono de plástico alrededor de la cabeza. Sus heridas fueron el resultado de una huida desesperada del incendio de Eaton en Altadena, California. Tras saltar del coche de su propietario en medio del caos, Canelo sufrió graves quemaduras antes de ser encontrado y reunirse con su propietario días después.
Kevin McManus, vocero de Pasadena Humane, reflexionó sobre la tragedia: «Debe haber sido devastador para alguien tener a su perro en su automóvil y salir al fuego, y luego tener que continuar con el fuego justo detrás de usted».
El propietario de Canelo, que perdió su hogar en el incendio, no puede cuidarlo temporalmente mientras se reasenta, por lo que Canelo permanece bajo el cuidado del refugio.

Una colección de supervivientes
Si bien la mayoría de los animales del refugio son gatos y perros, también hay conejos, gallinas, lagartijas, cabras, cerdos e incluso una tortuga gigante. Trajeron un pez dorado en una olla y un poni pasó la noche antes de ser trasladado a una instalación ecuestre. Los animales alojados en Pasadena Humane antes del incendio fueron trasladados a otras ciudades, como San Diego, Santa Bárbara y Sacramento, para dar cabida a la llegada de mascotas afectadas por el incendio.
Apoyo comunitario y reuniones
El refugio ha experimentado un aumento en el número de voluntarios y donaciones. Han llegado suministros como comida, tazones y correas, y residentes locales como Emily Klonicki, una científica del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, han ofrecido su tiempo para ayudar. Klonicki fue testigo de momentos de alegría, como las reuniones de una tortuga y dos huskies con sus familias.
«Es inspirador tener estos momentos de esperanza y ver a estas familias volver a unirse», dijo Klonicki.

Historias de pérdida y esperanza
No todas las historias han tenido un final feliz. Diana Patel visitó el refugio en busca del gato atigrado perdido de sus padres, Blue Jay, después de que su casa fuera destruida por el incendio. A pesar de revisar fotografías de gatos callejeros y una lista de mascotas fallecidas, Blue Jay seguía desaparecido.
«Terminamos dejándola en la casa con la esperanza de que todo saliera bien», compartió Patel. Aun así, mantiene la esperanza: «Los gatos son astutos, ¿verdad? Crucemos los dedos».

Una necesidad continua de ayuda
La crisis actual resalta la importancia del apoyo comunitario para los refugios y las familias desplazadas. Pasadena Humane continúa brindando cuidados intensivos a animales como Canelo, asegurándose de que reciban atención médica y, cuando sea posible, se reúnan con sus familias.



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