Un perro perdido durante 5 años se reúne con su dueño gracias a una casa de fraternidad

En un extraordinario giro del destino, un Yorkshire Terrier desaparecido llamado Kingston fue encontrado descansando frente a una casa de fraternidad de Mississippi, a cinco años y 250 millas de distancia de su hogar.

Un descubrimiento inesperado en una casa de fraternidad

Cuando Neal Rachal, presidente de Kappa Sigma en la Universidad del Sur de Mississippi, salió de la casa de la fraternidad, no esperaba encontrar a un pequeño yorkie con una camisa roja escondido detrás de un bosque. Pensando que el perro pertenecía a un vecino, Rachal tomó una foto y la distribuyó, pero nadie se presentó.

Los hermanos decidieron acoger al perrito, llamándolo cariñosamente «Benji» y nombrándolo hermano honorario de la semana.

Se forma un vínculo entre una fraternidad y un perro perdido

Benji se convirtió rápidamente en parte de la vida de la fraternidad, asistiendo a los juegos de sóftbol internos, uniéndose a los viajes al supermercado y disfrutando de banquetes de barbacoa. Incluso recibió una iniciación simbólica en la hermandad, acompañada de una oferta formal y una tarjeta en homenaje a sus «valores Kappa Sigma».

Durmió en la cama de Rachal, jugó en la cancha de voleibol de la fraternidad y 54 hermanos lo colmaron de amor y atención.

Un pasado doloroso: el largo viaje de Kingston

Kingston había desaparecido de su casa en Lake Charles (Luisiana) en 2020, tras la devastación provocada por el huracán Laura. A pesar de los esfuerzos desesperados de sus propietarios, Debbie y Joseph LaFleur, por encontrarlo, los meses se convirtieron en años y la esperanza parecía perdida, especialmente tras el repentino fallecimiento de Joseph en 2022.

Kingston era más que una mascota; había sido el compañero más cercano de Joseph, compartiendo nuggets de pollo, helado de vainilla e incluso una camiseta personalizada de los Dallas Cowboys.

El emotivo reencuentro

El 4 de abril, Debbie y su hijo Jared condujeron cuatro horas para encontrarse con el perro que nunca pensaron que volverían a ver. Cuando Debbie lo llamó por su nombre, las orejas de Kingston se levantaron y él corrió hacia ella, cubriéndola de besos.

Los miembros de la fraternidad se despidieron con tristeza, pero celebraron la increíble reunión, sabiendo que habían desempeñado un papel especial en el viaje de Kingston a casa.

Un nuevo capítulo para Kingston y Debbie

Aunque nadie sabe exactamente dónde Kingston pasó sus años perdidos, estaba sano y lleno de energía cuando lo encontraron. Desde entonces, se ha instalado de nuevo en la casa de Debbie, durmiendo en su habitación y esperando fielmente junto a la puerta.

Para Debbie, el regreso de Kingston ha sido un milagro sanador, devolviéndole una pequeña pero preciosa conexión con su difunto esposo.