El Tribunal Supremo de Turquía confirma la controvertida ley sobre perros callejeros, y los activistas advierten sobre una inminente masacre

El Tribunal Supremo de Turquía ha confirmado una ley muy controvertida sobre los perros callejeros, lo que ha provocado feroces críticas por parte de los activistas por los derechos de los animales, que temen que esta decisión pueda llevar a una eutanasia generalizada. Si bien las autoridades afirman que la medida es necesaria para la seguridad pública, los críticos sostienen que es el preludio de los asesinatos en masa.

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El miércoles, la máxima autoridad judicial de Turquía dictaminó que la polémica ley contra los perros callejeros cumple con las normas constitucionales. Esta sentencia desestimó una apelación presentada por el principal partido de la oposición, el CHP, que había alegado que la ley violaba los derechos humanos y de los animales fundamentales. La legislación surgió tras varios incidentes, muy publicitados, relacionados con ataques de perros callejeros, algunos de los cuales afectaron trágicamente a niños, lo que provocó la protesta pública.

Turquía alberga actualmente a unos 4 millones de perros callejeros, un fenómeno igualmente frecuente en entornos urbanos y rurales.

Detalles de la controvertida ley

Según la nueva regulación, las autoridades municipales están obligadas a capturar a los perros callejeros y reubicarlos en refugios de animales. Una vez en los refugios, los perros están destinados a ser vacunados, esterilizados y puestos a disposición para su adopción. Sin embargo, la ley también permite de manera controvertida la eutanasia para los perros considerados «enfermos, dolientes o peligrosos para la salud pública».

Esta disposición ha alarmado particularmente a los grupos de bienestar animal, quienes sostienen que, debido a los recursos limitados y a los refugios ya superpoblados, la eutanasia se convertirá en la solución por defecto en lugar de la adopción y el cuidado.

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Los activistas salen a las calles: «Detengan el derramamiento de sangre»

Inmediatamente después de la sentencia del Tribunal Supremo, decenas de activistas por los derechos de los animales se reunieron frente al Tribunal Constitucional para protestar. Los manifestantes, que coreaban consignas y portaban pancartas en las que se exigía la «derogación de la sangrienta ley», acusaron a la legislación de permitir las «masacres silenciosas».

Las organizaciones de derechos de los animales afirman que numerosos animales ya han sido sacrificados indiscriminadamente desde la implementación inicial de la ley, con frecuencia sin la supervisión veterinaria o las evaluaciones de salud adecuadas.

Preocupaciones sobre la implementación práctica

La sentencia del tribunal ejerce una presión sustancial sobre las autoridades locales encargadas de hacer cumplir las nuevas regulaciones. Muchos municipios ya tienen dificultades financieras, lo que hace que el establecimiento y la gestión de refugios adecuados sean muy inciertos. Los activistas temen que esta presión económica pueda llevar a una proliferación de refugios superpoblados e insalubres o a decisiones arbitrarias sobre la eutanasia.

A medida que el debate se intensifica, la lucha para proteger a los perros callejeros de Turquía dista mucho de haber terminado.