Los perros ayudan a los bomberos de Los Ángeles en los esfuerzos de rescate por incendios forestales
Entre las ruinas y las cenizas de una antigua residencia lujosa en Malibú, los perros lanzan dardos, ladran y buscan incansablemente a las víctimas de los incendios forestales. Entre ellos se encuentra Tulla, un labrador retriever que trabaja junto al Departamento de Bomberos de Los Ángeles. Al detenerse cerca de una botella de gas que alguna vez alimentó una barbacoa, la afilada nariz de Tulla detecta algo que la hace ladrar.
Su guía no ve nada, pero el extraordinario sentido del olfato de Tulla sugiere lo contrario. Traen a un segundo perro para confirmar sus hallazgos, lo que da a entender que una de las muchas personas que siguen desaparecidas podría estar enterrada cerca.

La devastación y el papel fundamental de los perros
Los informes preliminares indican al menos 27 muertes a causa de los dos incendios forestales más devastadores de Los Ángeles: uno en el próspero vecindario de Pacific Palisades y otro en Altadena. Se han destruido miles de viviendas y se desconoce el paradero de aproximadamente 15 personas.
Marco Rodríguez, del Departamento de Bomberos del Condado de Los Ángeles, describe a los perros como «cruciales» para los esfuerzos de búsqueda en curso. «Con miles de hogares quemados y muchas personas aún desaparecidas, estos perros son miembros integrales de nuestro equipo», dice.
Los perros como rescatadores de pleno derecho
Los últimos diez días han sido agotadores para los miles de bomberos que luchan contra las llamas. El costo físico es inmenso, y la tensión emocional es aún mayor para los equipos de rescate locales que presencian la devastación de su ciudad. Para los perros, sin embargo, el trabajo se parece más a un juego.
Joshua Davis, un bombero de San Francisco que trabaja con su Labrador Bosco negro, explica: «Se arrastran entre los escombros y les encanta; para ellos, es como un enorme patio de recreo». Si bien los perros no sufren el impacto emocional que soportan sus adiestradores, su salud sigue en riesgo.
«Hay vidrios rotos, clavos y otros residuos que pueden dañar a los perros», advierte Davis. Bosco, originalmente entrenado como perro guía, era demasiado enérgico para el papel, pero encontró su propósito ideal en la búsqueda y el rescate.
«Cuando detectan un olor, ladran, localizo a la víctima y recompenso a Bosco», comparte Davis con orgullo.
Acelerar los esfuerzos humanos
Aunque los perros no son infalibles y las falsas alertas son comunes, reducen drásticamente la carga de trabajo de los equipos humanos. «Muchos perros pueden cubrir el área de un edificio derrumbado en menos de cinco minutos», dice Davis. «Cuatro o cinco bomberos tardarían entre 10 y 20 minutos en hacer el mismo trabajo».
Estos compañeros caninos, considerados rescatadores de pleno derecho por sus adiestradores, no son solo herramientas: son socios de confianza que desempeñan un papel insustituible en estas operaciones de alto riesgo.



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